Documentación para Inscripción a Primer Año

28/3/16

ACTO DIA DE LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA


24 DE MARZO 1976 – 2016


"En este primer acto escolar del 2016 nos encontramos conmemorando el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia a 40 años del golpe cívico militar que dio origen a la última dictadura de nuestro país. 

40 años hace que en Argentina se instalaron los campos de concentración. 40 años de un genocidio planificado para modificar la sociedad de la manera más terrible, para generar un país desigual para unos pocos. Genocidio es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad, y eso fue lo que pasó hace 40 años. Por eso los crímenes cometidos en esa dictadura son considerados de lesa humanidad, es decir que no prescriben, que se pueden juzgar independientemente del tiempo en que hayan sucedido. El genocidio en nuestro país significó borrar de un plumazo sangriento una generación entera de jóvenes, de pibes y pibas que tenían entre 15 y 25 años. Casi la mitad de los desaparecidos tenían esas edades. Eliminar una generación casi por completo. Eso es genocidio.

No cometieron ni errores ni excesos quienes planificaron esto. Lo hicieron sistemáticamente, abriendo los campos de concentración donde querían hacerlos, llevando allí a quienes querían matar, secuestrando los niños que querían secuestrar, desapareciendo a quienes no querían que aparezcan. La memoria debe ser lúcida y no confundirse con el paso del tiempo. No se equivocaron quienes implantaron una dictadura, hicieron lo que venían a hacer.

Por eso es necesario rescatar la Memoria para el futuro, para que los que provocaron tanto terror, tanta muerte, no triunfen después de 40 años. Nuestra indiferencia cotidiana es su victoria. El encogerse de hombros frente a la tragedia diaria, el mirar para otro lado, el aturdirse con el consumo, el dejar de mirar al otro como un igual, es su triunfo más descarnado. Tomar como normal que alguien sea desocupado, naturalizar el narcotráfico como “trabajo”, asumir la corrupción como una cuestión “natural” es parte de lo que ellos vinieron a implantar.

Ellos, los muchos que pensaron y ejecutaron esos pasos de los planes. Como el Plan Cóndor, por ejemplo, que era la manera en la que todas las dictaduras de América del Sur coordinaban la represión ilegal para que nadie pudiera escapar, estuviese en el país que estuviese. O como el aumento de la Deuda Externa de nuestros países, algo que se pensó y se cumplió a rajatabla. 

40 años después pisa el país un presidente norteamericano. No sería nada más que una noticia periodística si no fuera porque hace 40 años ese país promovió y financió cada una de las dictaduras genocidas de América del Sur. Si no fuese porque ese país estableció una escuela para dictadores a la que llamó “Escuela de las Américas”, con un nombre tan cínico que hasta sonaba lindo. 40 años después resulta difícil que un presidente pretenda deslindar la responsabilidad histórica de un país frente a tanta ausencia, tanto nombre sin cuerpo, tanta presencia sin carne.

Ellos, los que eran amos y señores de la vida y la muerte en Argentina, en Brasil, en Chile, en Bolivia, en Paraguay, en Uruguay y en tantos otros países con dictaduras feroces no imaginaron jamás el final de su tarea. Ellos, los desaparecedores, no pensaron que la porfía podría derrotar lo que las armas genocidas impusieron. Porque ellos, los dictadores, no pudieron nunca pensar que la vida y la rebeldía se imponen por sobre la sangre y la ferocidad. La vida y la rebeldía derrotaron la dictadura, dieron por tierra con los proyectos que significaron desocupación para millones y se encargaron de cambiar los gobiernos que intentaron seguir la senda de devastación que promovieron en esos años.

Comprometerse y participar es seguir abriendo camino, abrazar a los que luchan por sus derechos es una necesidad para ejercitar la solidaridad, seguir pidiendo la aparición de los nietos es una tarea irrenunciable. Vengan los nietos que hacen falta, los centros de estudiantes que organizan las ganas, los sindicatos y las asociaciones ciudadanas que encuentran a los que andan reclamando solos. Vengan. La tarea es fructífera, pero hacemos falta todos, nadie sobra. Y la tarea es colectiva, como la memoria que es forjadora del futuro. Como dijo el poeta, “Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada, y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada.” (Palabras alusivas a cargo del Profesor Guillermo de los Hoyos)



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